lunes, 19 de junio de 2017

Cosas de religión

San Jerónimo, en la Historia de los Padres del desierto, refiere que un centauro tuvo una conversación con San Antonio el ermitaño; y luego cuenta una entrevista mucho más larga que el mismo San Anto­nio tuvo con un sátiro.  San Agustín, en su sermón treinta y tres, dice cosas tan extraordinarias como San Jerónimo: «Era ya obispo de Hipona cuando fui a Etiopía con algunos servidores de Cristo para predicar allí el Evangelio.  Vimos en aquel país muchos hombres y mu­jeres sin cabeza, que tenían dos ojos grandes en el pecho; y encontra­mos en regiones más meridionales un pueblo, cuyos habitantes no te­nían más que un ojo en la frente» etcétera. Eso lo he sacado de Voltaire. Si este librepensador francés hubiera visto la guerra de zombies que es el asalto a las rejas de la virgen del rocío, ¿no pensaría que San Agustín, San Gerónimo y todos los otros visionarios eran unos pardillos sin imaginación. Pues ahí estamos. Este mundo no lo arregla ni Dios. Ningún Dios. Buena nos espera.

La oveja feroz

19.06.17


No hay comentarios:

Publicar un comentario